30 de junio de 2010

Necesidad


Esta noche me desbordas, esta noche me sostienes y me arropas… no se como escaparme de tu abrazo…
Necesidad cruel de sentir lo que hasta hoy solo me han dejado saborear…
El dulce que quedaba en mis labios se ha ido… y hoy solo es necesidad…
Necesidad que me llenas y me abrumas… quisiera arrancarte de mí...
Necesidad que escondo en los gritos ahogados,
Necesidad que convierto en mil suspiros,
Quisiera que escaparas de mi alma acompañando cada lágrima y te secaras al viento…
Necesidad que me acompañas... Que seria de mi sin ti?
Necesidad que me recuerdas… necesidad que me encadena, necesidad que me hace suya…
Esta noche mí piel huele a ti, esta noche te respiro…
Necesidad que me posees,
Necesidad que suplico me abandone.
Necesidad que me aterra perder…
Necesidad que no será capaz nunca de entender como es sentirse perdido en un laberinto de historias que dios ha tejido,
Necesidad que no conoce de fronteras o razones,
Necesidad que me mantiene, necesidad que me recuerda mi camino,
Necesidad que no se aleja, necesidad que sabe a ti…
Necesidad de vivir… Necesidad de ser…

Tuya…

Tuya en una sinfonía de deseos y perversiones, tuya sin colores ni finales, tuya sin reservas sin temores, tuya como esclava o una sumisa sin nombre…

Hoy todo es necesidad

Señor de mis deseos dónde te escondes?

19 de junio de 2010

Palabras sueltas al viento




Las mujeres son como manzanas en los árboles...
Las mejores están en la copa del árbol.
Los hombres no quieren alcanzar las mejores, porque tienen miedo de caer y herirse.
En cambio, toman las manzanas podridas que han caído a tierra y que aunque no son tan buenas, son fáciles de alcanzar.
Así que las manzanas que están en la copa del árbol, piensan para si, que algo está mal con ellas, cuando en realidad, "Ellas son grandiosas".
Simplemente tienen que ser pacientes y esperar a que el hombre correcto llegue, aquel que sea lo suficientemente valiente para trepar hasta la cima del árbol por ellas.
No nos caigamos para ser alcanzadas, quien nos necesite y quiera, hará TODO para alcanzarnos....
Han sido esas las palabras que me ha regalado un buen amigo, después de leer esa entrada en la que busco con desesperación un poco de aire para mantenerme con vida... Y ya se, que es exactamente esto lo que me han repetido ustedes hasta el cansancio... y que creo voy entendiendo... Pero mas que esa explicación del por qué sigo en la copa del árbol, lo que no se quita de mi mente es esa última línea

No nos caigamos para ser alcanzadas, quien nos necesite y quiera, hará TODO para alcanzarnos....
Pienso en esa frase porque confieso que muchas veces he pensado dejarme caer… por que no? Así al menos una de esas manos seguramente me alcanzará y saboreará… pero entonces me pregunto... Por cuánto tiempo?
Y entiendo que no quiero el placer fugaz de un par de orgasmos intensos... Eso es tan previsible y se vuelve tan vacío...

Lo primero que hice después de esa entrada donde vomité todo lo que sentía fue darme un baño delicioso, acurrucarme en mis cobijas y perdonarme por mis errores… Reconciliarme con mi sumisión… Y no odiarme por estar en lo alto del árbol…

Me ha ayudado mi realidad… el mundial de futbol, las presiones de mi vida diaria… lo admito, han logrado que mi mente deje de pensar en lo que no hay y se haya dedicado a saborear una etapa que no volverá en mi vida y que es tan maravillosa como todas aquellas en las que ves cumplirse una meta por la cual has luchado mucho.

Cada cosa tiene su momento… lo he escuchado miles de veces… pero que fácil lo olvido… Y me asusta pensar que haya dejado de vivir la plenitud de un atardecer por dedicarme a pensar que aún falta mucho para que amanezca…
Hoy retomo algunas cosas que nunca debí abandonar pero que son imposibles de llevar contigo cuando solo quieres romper un record de velocidad y vivir a la carrera. Me reencuentro con mi sumisión… pasando por leer de nuevo algunos libros, ver algunas películas de esas de “algún día la debo buscar” y pensando en esas cosas que antes quedaban con la etiqueta de “Después”, hoy he vuelto a acercarme con humildad a algunos Amos y Amas y ha preguntar sin vergüenza sobre cosas que revolotean en mi cabeza y en las que no está de mas una opinión imparcial.

Sigo en la copa del árbol, solo que ya no me avergüenzo de ello… tampoco creo que eso me haga la manzana mas jugosa, la mas dulce o la de textura mas suave… simplemente soy una manzana que ha ido madurando de forma distinta, y que su sabor no puede ser apreciado por cualquier boca… Sí, se que el árbol tampoco está en el sitio mas transitado y que muchos de los que se acercan por mi camino son solo forasteros errantes que buscan saciar el hambre… Soy una sumisa que se le extravió a Dios en el país equivocado…

Pero se que alguna vez llegará un forastero que sabrá reconocer la diferencia… y que ágil y fuerte por el camino andado subirá con cuidado hasta la copa del árbol… y rozará mis formas, tocará, olerá… solo para estar seguro que es el momento adecuado… y de ser así, me tomará en sus manos.. Con el deseo de devorarme, pero sin prisas… me acercará a su cuerpo… y seré yo la que sienta su olor y su calor y vaya perdiendo el miedo… bajaremos juntos del árbol… y entonces… comenzaré a caminar de nuevo… esta vez dándole nombre al paisaje, guiada por El… descubriendo el mundo ya no desde la copa de un árbol.. Sino de la mano de quien se convertirá en mi Señor.
Seguiremos por aquí…
Un abrazo aterciopelado
Verónica

10 de junio de 2010

Tareas pendientes



Estimados lectores:

En vista de que mi lista de tareas pendientes ocuparía varios volúmenes si me decidiera a encuadernarlos, cumplo con informarles que en los próximos días estaré intentando no enloquecer entre mi proyecto de grado, mis prácticas profesionales, mi servicio comunitario, mi trabajo, mi casa, mi lujuria y mi mente que no deja de recordarme entradas y temas que quisiera discutir con ustedes.

Confío plenamente poder salir airosa de la batalla, pero en este momento debo acuartelar mis tropas para idear el plan de guerra...


Les espero ansiosos a mi regreso triunfal... XD

Verónica

5 de junio de 2010

Intentando respirar




Hace casi dos años y medio escribí una entrada titulada "Y aun te espero..." era una entrada corta, que decía:
Hace dos días que no se de ti, y me pregunto si es un castigo, una circunstancia, una casualidad, un olvido..."
Durante estos dos días me he debatido entre extrañarte y molestarme por no dejar de extrañarte.. Aun hay una parte de mi que se resiste a ceder y que me crea tropiezos y malos ratos.. He pensado, he pensado mucho, en mi soberbia, en la distancia, en los silencios.
Al final creo que tu ausencia se debe solo a la realidad, a la cotidianidad de tus actividades, a tu vida sin mí... Y vuelve mi soberbia y me molesto porque mi vida por el contrario esta llena de ti, aunque mi cotidianidad quiera invadirte el espacio.
Sigo aquí.. y mañana también estaré... Hasta el día que te encuentre....
Publicado por Verónica en 19:05
Que pocas cosas han cambiado...

Dos años después sigo sin entender cuándo el silencio se vuelve castigo, circunstancia, casualidad o sencillamente olvido... Y sigo sufriendo por el...

Creía que dos años después todo sería distinto... hoy debo aceptar que no es así, con más recuerdos, con algunas cicatrices en la colección, pero sigo siendo la misma sumisa soñadora y curiosa que arrancó a caminar hace algunos años, sin saber donde entrar, con quien hablar, cómo comportarse... pero esperanzada de que un día alguien cambiaría esa historia.

Desde entonces me he enfrentado al silencio muchas veces y lo he odiado por su dureza, por su frialdad, por dejarme desnuda con mis miedos y mi incertidumbre...

A veces también creo que el silencio es sencillamente cobardía, no ser capaces de decir algo porque es reconocer la culpa en el error, o comodidad... no es decir que sí ni que no, sino dejar las posibilidades a mano...

Se que hay quienes ven el silencio como arma de enseñanza para que la sumisa aprenda una de las cosas mas difíciles... "ser paciente...” y no dudo que en algunos momentos, eso haya dado buenos resultados... Pero créanme, cuando se comienza una relación, quedarse de pronto en silencio sin mayores explicaciones... no ayuda mucho a cultivar la paciencia, pero eso sí... Logra convertir el terreno más desértico en tierra fértil, donde florecen las dudas y la decepción. Al igual que permanecer en silencio cuando esa misma sumisa dice "Amo, Le necesito, necesito que hablemos…
Permanezco horas y horas frente a la PC contemplando ese dibujito en verde que me hacía sentir esperanzada y ahora es solo un recuerdo permanente de un silencio que no encuentra razones. Abro la ventana, saludo... escribo un email, pensando que no recibe mis mensajes por MSN y al final concluyo que un extraño virus se ha apoderado de mi PC y bloquea exclusivamente los mensajes que El me envía.... Así pasa el tiempo... Hasta que desaparece el verde esperanza y da paso a la gris desolación... Se ha desconectado... tan silencioso como había llegado.

No dejo de pensar razones, de inventarme excusas... Hasta que me obligo a mirarme con sinceridad y admitir que cinco días de silencio no son una casualidad, sino una decisión que debo aceptar.

Y vuelve a resquebrajarse mi fe... y me siento como "El diamante Hope" la hermosa y valiosa sumisa que nadie desea tener a sus pies, la sumisa entregada que agota a quien la posee...
Será que poseo alguna maldición que me hace robarle la felicidad a quien me guía?
Llevo días y noches enteras dándole vueltas.... No como un simple lamento mientras me siento a lamer mis heridas, sino como un examen de conciencia donde trato de ver mis errores.

Sucede que soy muy apasionada, que no conozco otra forma de entregarme que no sea dándolo todo a mi Señor, no conozco otra forma de verdad que la transparencia... Quizás por eso las frases que he escuchado "eres un gran placer como sumisa, pero el precio a pagar por ti es demasiado alto" o sino, "tu entrega me asusta", o tal vez "eres una verdadera sumisa, pero no puedo guiarte" y así... es inevitable que no recuerde cómo a mis 19 años perdí un excelente trabajo porque era buena... y mi jefa no supo apreciarlo y tuvo miedo y me dijo "se que nunca tendré una asistente como tú, que esto significa inclusive pérdidas económicas... pero esto ya es algo personal, no deseo seguir trabajando contigo” y fue la primera vez que tuve que aceptar que eso de ser buena en lo que haces también te cierra las puertas.

Y pienso... Será lo mismo que sucede ahora?
Creo que soy una buena sumisa, sencillamente porque es algo que siento, que vivo, que me apasiona, es algo que no puedo negociar o condicionar... es mi esencia...
Porque de la mano de mi Señor no hay límites, sólo letreros de "terreno peligroso” donde le indico que debe pisar con más cuidado, ser más paciente, porque el terreno es sensible y puede hacerme daño sin querer.
Porque salto al vacío si El me dice que estará abajo esperando por mi y le creo!!
Porque se convierte en mi sonrisa y mi sangre... en la vida que corre por mis venas y la luz que me guía...
Porque solo soy libre a sus pies y porque sin Su collar en mi alma mis alas están atadas a la espalda y no me dejan volar…
Porque no soy sumisa de complacencias, no soy sumisa porque no tenga otra opción... Al contrario, soy sumisa porque ésta es mi opción... y es la opción en la que soy feliz y busco hacerLe feliz.

Que alguien por favor me diga donde está mi error??

Y sólo basta releerme... Todas esas cosas por las que creo que soy una buena sumisa, son las razones que me convierten en alguien asfixiante y que al final se queda sola...
No lo se… sigo haciéndome preguntas… pero sigo tropezándome una y otra vez con el silencio… Y ya he escuchado eso de que “las respuestas solo están dentro de mí” pero dentro de mí, hay una esperanza estúpida y masoquista que decide intentarlo cada vez y que parece que cuando quiere levanta la voz tan alto que no me deja escuchar nada mas… cuando me rindo a ella… termino escribiendo después entradas sin sentido como ésta.
Silencio, esperanza, paciencia, entrega, sumisión… bailan para mi las palabras… a momentos me acarician, a momentos me condenan… y el maldito silencio que me tiene presa en el limbo… donde no hay libertad ni condena… solo la nada… la incertidumbre… y esa sí logra ahogarme…

Por eso estoy aquí, escribiendo… intentando respirar.
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