23 de enero de 2012

Mi derecho a equivocarme




Una de las cosas que me ha sucedido últimamente es que me he reconciliado con mi derecho a equivocarme…

Uhmmm a ver.. Como explicarlo…

Soy una persona que se exige mucho, me enseñaron que las cosas se hacen bien o no se hacen y que cuando te comprometes con algo, lo haces en serio… Así soy… discuto con pasión de política, de futbol, de religión, de sexo, de música, de BDSM… defiendo mi credo como un guerrero defiende su Rey, lo doy todo en mis relaciones, en mis empleos, en mi familia… soy capaz de echarme en las espaldas mi mundo para asegurarme que gire perfectamente… pero eso no significa que siempre las cosas salgan bien… y es ahí donde descubrí que la lección no estaba completa…

Nadie me enseñó a lidiar con la sensación de derrota que me ahoga cuando a pesar de poner toda mi pasión en algo, esto no funcionaba… nadie me enseñó que ni siquiera tengo que sentirme derrotada… que hay cosas que sencillamente no funcionan, que en otras no se trata de pasión sino de paciencia… y que la pasión sin constancia, termina pasando desapercibida.

Entonces descubrí que me estaba equivocando, que la vida no se construyen por las ganas que tienes de que salgan bien, sino por las acciones que tomes para que así sea… Pero darme cuenta de eso no fue sencillo… Primero pasé por esos días en los que sentía que no importa cuánto lo deseara, nada estaba funcionando, algo faltaba… cuando descubrí que además gran parte de la culpa estaba de mi lado, me sentí derrotada y triste, furiosa conmigo misma, llena de rabia y de confusión… Hasta que comprendí que no todo era tan malo… Si de mi parte estaba el error, también en mis manos se encontraba (con toda seguridad) la forma de solucionarlo…

Y ahí comencé a sentir que recuperaba poco a poco el control… ahí comencé a reconciliarme con las cosas que no son perfectas… y a ver mis errores como esa clase práctica que muchas veces  hace falta para comprender claramente una lección, para sacarla del abstracto y convertirla en algo real y lógico… sino, bien vale sencillamente pensar que tengo derecho a equivocarme, que no soy perfecta y que soy humanamente divina… así que las equivocaciones me reafirman mi humanidad…

No significa esto que ahora vivo en la iluminación, que soy feliz por mis errores y que nada me perturba… Significa que esta lección está aprendida… pero que ahora debo practicarla porque dicen que “hay cosas que por sabidas se callan y por calladas se olvidan” es el momento de tomar decisiones y sobretodo de ser constante en las acciones a tomar.

Siento que nos condicionan tanto a medida que crecemos para ser perfectos, exitosos, hermosos, inteligentes, alegres y populares, que se olvidan de enseñarnos a ser felices con las pequeñas cosas. Es increíble lo descansada que me siento cuando entiendo que no soy lo más importante, que tengo derecho a equivocarme y que cuando esa pasa, el mundo no deja de girar…

Ahora me siento como cuando finalmente comprendí que el sexo no era una aberración… Cuando fui capaz de “reprogramar” mi cerebro y cambiar todas esas lecciones sociales que se habían convertido en una prisión para mi… En ese momento pude descansar… reconciliarme con mis fantasías, vivir mi sexualidad sin culpas y definitivamente fui un poco (mucho) más feliz…

Voy aprendiendo poco a poco… y lo mejor de todo es tenerlo a Él a mi lado… sonriendo con la lección aprendida, enseñándome sin forzarme y dejándome ser… pero asegurándose que cada día sea mejor… 

De vuelta... con una lección mas aprendida... 

Verónica 

6 de enero de 2012

Vacaciones



Me siento frente a la pantalla y pienso en lo que quiero escribir…

Y aunque miles de sentimientos quieren salir, me quedo callada y mis dedos inmóviles. Ha sido así las últimas veces, los últimos días…

Y cuando se agotan las palabras lo mejor es dejarlas descansar…

De vacaciones en el blog hasta.... que deba ser...




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