Me había quedado dormida.. se supone que seria una siesta
corta, algunos minutos.. pero fuero casi dos horas!!
Desperté atontada y me di cuenta que no estabas allí, me di
vueltas un par de minutos en la cama, sintiendo la tibieza de mi cuerpo
acariciado por las sabanas hasta que decidí salir a buscarte… No hizo falta..
justo entraste en la habitación y tomaste mi cara entre tus manos, me diste uno
de esos besos húmedos donde tu lengua entra en mi boca y la recorre como Dueño
y Señor… “vístete, te espero en el salón…” me susurraste al oído y una sonrisa
complice y ansiosa se dibujo en mi cara…
Sin perder tiempo fui al vestidor y allí estaba lo que habías
escogido para mi… “vístete” no era una expresión literal… el collar rojo que
hacia juego con las muñequeras y tobilleras que tanto me gustaban estaban a un
lado de las sandalias que tanto te gustan a ti… El solo hecho de desvestirme
para prepararme comenzó a hacer que mi respiración se hiciera un poco mas
profunda… El frio de la habitación despertó mis pezones ya sensibles y el único
calor que sentía era el que se reflejaba entre mis piernas mientras soltaba mi
cabello como te gusta y ajustaba las sandalias…
Fui al salón… la casa estaba totalmente a oscuras, pero una
luz tenue iluminaba el salón, invitándome… escuchaba mi respiración y mis
pasos, me acercaba disfrutando cada momento… cada sensación.
“Detente” me dijiste justo cuando yo me encontraba a la
entrada del salón… allí de pie, expuesta para ti, contemplaba las velas que
iluminaban la estancia, las cuerdas que colgaban de la viga, los juguetes que habías
dispuesto con mucho orden en la mesa y te vi… sentado en el sillón… con una
copa de vino en tu mano y completamente vestido… sonreías… y no pude evitar que
esa sonrisa me produjera un escalofrío…
Dejaste con cuidado la copa en la mesa y te acercaste a mi… tu
mano con firmeza en mi espalda fue indicándome cuanto bajar, hasta entender que
querías que me colocara en cuatro… del collar sujetaste la cadena y con fuerza
halaste para acercarme a ti… sentía la alfombra en mis rodillas, el peso de mi
cuerpo, mi ansiedad… No vi venir tu bofetada… juro que no la vi venir… mi cara
se volteo con rapidez, mi mejilla ardio de dolor y el calor de la sangre cambio
la palidez de mi piel por el rojo de la vida… las lagrimas amenazaron con
asomarse sin poder evitarlas… “guarda tus lagrimas, ya tendras tiempo de
dejarlas correr” y mi respiración era entonces un intento desesperado por
calmarme y tratar de comprender lo que vendría…
Un par de nalgadas y de inmediato comenzaste a dilatar mi
culo… dos dedos de una vez… no era el momento de ser delicados… y yo luchando
por relajar.. por no apretar, por permitirte entrar allí... tres dedos, cuatro
dedos… cerraba los ojos con fuerza y agradecia al menos el lubricante que facilitaba
la tarea… luego el plug… y se quedó allí, dentro de mi mientras sentía como la
cinta adhesiva se convertía en tu complice y lo mantenía sujeto…
La fuerza de la cadena me indico que era momento de
levantarme… me asustaba el silencio… pocas veces has sido tan callado… el
silencio me dejaba sola con mis sensaciones, mis deseos y mi cuerpo y me
asustaba…
De pie comenzaste a atarme.. con calma, deslizabas la cuerda
dándole forma a mi cuerpo, redondeando mis tetas con precisión y firmeza,
cuidando que no se deslizara… que me sujetara en los lugares precisos y dejara
otros espacios libres para ti.
Mis tetas estaban redondas y sujetas, con un color rosado
que iba haciéndose intenso y dejando mis pezones a cada momento mas sensible…
mis manos atadas atrás arqueaban mi cuerpo de forma tal que estaba ofrecida,
con mis pezones endurecidos y oscuros… y en medio de ellos una cuerda que parecía
sobrar que parecía no tener sentido…
Una vez sujeta según tus deseos comenzaste a azotarte…. Y no
puedo evitar recordar la fuerza de tus manos cayendo una y otra vez, sin
importar mis quejas… “has silencio” me decias y yo intentaba, juro que
intentaba quedarme callada, pero el ardor de mi piel y la sensación en mis
tetas con cada vaivén de los azotes me producía mil sensaciones y todas querían
salir por mi boca o por mi entrepierna.
Sujetaste mi cabello con fuerza.. asi como tantas veces has
hecho y me dijiste con firmeza “tengo ganas de ser muy malo” cerré los ojos y
asentí… aceptando, confiando, esperando, anhelando… te alejaste de mi unos metros y lo próximo que
sentí fue tu cinturón cayendo en mis nalgas y el grito escapando de mi boca,
por cada grito venia un azote y me costó entenderlo… mi espalda, mis muslos,
mis nalgas estaban marcados, mi respiración iba a mil por hora, me había mordido
los labios tantas veces que estaban hinchados y enrojecidos… entonces , justo
en ese momento le diste sentido a la cuerda que caia entre mis tetas.
Llevandola arriba, al otro gancho de la viga, levantando mas
y mas… hasta que los tacos ya no eran suficiente y tuve que inclinar mis pies,
apoyarme en ellos… de puntillas, sintiendo las cuerdas clavarse un poco mas, la
sangre luchando por circular… y fue cuando llegaron las pinzas…
Atrás había quedado el frio que sentía al caminar al salón…
ahora el sudor cubria mi piel, mis ojos y mis boca cerrados, apretados,
luchando por no sentir, por hacerme olvidar… pero estabas ahí, frente a mi y
era imposible olvidarlo…
Cuando te acercaste a mi espalda estabas desnudo… te sentía duro
y firme entre mis nalgas mientras dibujabas círculos en mis tetas que se convertían
en caricias de dolor, no podía aguantar mucho mas… pero importa poco lo que yo
crea… tu tenias tus propios deseos…
Tomaste el tiempo para fotografiarme, para tocarme, para
deleitarte mirando… y cuando menos lo esperaba, el cinturón volvió a formar
parte de la escena… cayo con fuerza en mi espalda y pocos segundos después volvió
a caer en mis nalgas… apretaba con fuerzas mi cuerpo para tratar de evitar las
lagrimas… pero no podía mas… comenzaron a correr por mis mejillas y con cada
azote se vertían con mas fuerza…
No se cuanto tiempo pasó.. no se cuantos azotes fueron… pero
me recuerdo repitiendo después de cada uno de ellos “soy tuya, soy suya” porque
es mi credo y mi vida… porque es lo que me permite ir mas allá de mi misma y
abandonarme a sentir en tus manos…
Y justo cuando crei que caería, soltaste la cuerda que me mantenía
de puntillas… y te pusiste de pie frente a mi…. Y pude ver tu rostro a la luz
de la velas… tu mirada oscura, profunda… tu sonrisa, tu orgullo, la certeza de
saber que me tenias… de verme allí, sometida, adolorida, entregada… con el
rostro húmedo por las lagrimas, pero aun en pie… para ti… por ti…
Me tomaste del cabello, me besaste de neuvo y me seguías besando
mientras desatabas las cuerdas, masajeabas mis tetas, acariciabas mis pezones… me liberabas de las cuerdas porque sabias que
me tenias encadenada a ti… y cuando ya no había nada que me sujetara yo seguía allí
de pie… tuya…
Me inclinaste sobre el sillón y soltaste la cinta que
sujetaba el plug dentro de mi… escapó con facilidad por tanta humedad… mis
muslos, mis labios, mis nalgas… todo estaba empapado… no teníamos nada que esperar…
entraste dentro de mi culo con firmeza, sujetaste mi cabello y comenzaste a
moverte para ti placer…. Y mi cuerpo ya no podía limitar las sensaciones a un
espacio… era todo… sentía mis tetas adoloridas, mis pezones ardiendo, mis
muslos, mi espalda, mis nalgas aun calientes por los azotes, era como si la
sangre fuera fuego y al circular por mis venas quemara cada parte de mi cuerpo…
Yo era piel y deseo… era la hembra abierta para ti, era la
humedad que desbordaba mis rincones, era mi culo recibiéndote con fuerza, era
los gemidos, era el placer… era tuya….
Y justo en ese momento desperté….. Me había quedado dormida.. se supone que seria una siesta corta, algunos minutos.. pero fuero casi dos horas!!
Desperté atontada y me di cuenta que no estabas allí y decidí salir a buscarte para contarte el sueño delicioso que justo había tenido… No hizo falta.. entraste en la habitación, me diste uno de esos besos húmedos y me dijiste “vístete, te espero en el salón…”
Y fue cuando comprendí que definitivamente los sueños pueden volverse realidad
3 comentarios:
cada dia te conosco, te descubro y te encuentro mas perfecta ;)
(Ariasu)
en el caso de una siesta corta, yo me quedo con la sensación de desahogo que conlleva aflojar las cuerdas y recibir la verga del hombre
Menuda mezcla de recuerdos, sensaciones y experiencias vividas y por vivir, me ha embargado mientras te leía... pero a veces la realidad supera con creces la ficción/sueño verdad? :D
Un beso guapa ;)
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